RAZONAMIENTOS DE ENTRE CASA
Las conductas humanas, las de todos los días, las de todo el día, son la manifestación visible de muchos, complicados y laberínticos procesos mentales, donde se mezclan emociones, razonamientos, factores hormonales e instintos básicos. La psicología desde sus orígenes ha tratado de develar este misterio para poder comprender las actitudes de las personas y se han elaborado muchas teorías que incluso han dado nacimiento a escuelas psicologícas, como las de Froid, Watson, Jasper o Lacan.
Por otro lado la religión, cualquiera de ellas simplifica la cuestión con una simple división, hay buenas y malas conductas, y de ello surgen las buenas y malas personas, virtuosos y pecadores.
Leyendo a cualquier autor, de cualquier escuela o religión, es aparentemente fácil comprender los actos ajenos, pero cuando somos nosotros los que debemos ser analizados, o mejor dicho, hay que analizar nuestras conductas, la cosa ya no es tan fácil, porque en principio creemos siempre que la razón está de nuestro lado y solo falta encontrar las explicaciones suficientes para fundamentar acertadamente nuestros actos.
Con o sin discusion de por medio, instintivamente tomamos como primera acción defensiva, justificar nuestras conductas, a partir del convecimiento que fueron acertadas y no son mas que respuestas correctas a errores ajenos. Y allí ya estamos comenzado mal, pues el primer razonamiento acertado sería el de dudar de nuestras conductas, luego buscar la verdad, aun cuando no nos beneficie el resultado, despues aceptar el error y si tenemos suficiente grandeza de espiritu pedir perdón.
Uno puede tener la suficiente inteligencia para "ganar" todas las discusiones, como un hábil abogado defensor de sí mismo, incluso puede llegar a convercerse engañosamente de su verdad, pero en el fondo está escondido el reconocimiento de "la verdad". Y es tan importante encontrar la aunténtica verdad, porque solo ella nos da la paz interior, que tan bien se manifiesta en todos aquellos que viven con tranquilidad de consciencia.
Ganar una discusión sin tener razón, puede agrandar el ego, fortalecer la soberbia, dar brillo al orgullo, pero nunca nos dará la paz y tranquilidad de consciencia de haber obrado bien, y eso a la larga nos altera y produce daño.
Nos busquemos ganar discusiones, busquemos la verdad, que es mas provechoso.
